10 setiembre 2011

El mito de los manantiales

Por: Oscar Leon Condori Apaza
Los hombres y las mujeres de Jacantaya vivían en los cerros de Queñalati y Paruparu, por temor a que el dios Viracocha se los lleve al fondo del lago Titicaca o los toros del lago se los coman vivos. Al transcurrir el tiempo se olvidaron de sus temores y bajaron poco a poco hacia las pampas, se volvieron pescadores, labradores y pastores. A inicios del siglo XX la tierra empieza a secarse por falta de lluvias, el nivel de agua del lago Titicaca baja rápidamente y en las pampas de Umuche se producen pequeños remolinos como si el agua se perdiera hacia el fondo del lago, se producen derrumbes en las orillas, escasean los alimentos, y los seres vivos estaban condenados a morir de sed y hambre.


En esta época, Valentina Mamani era una niña creyente en el Dios de los cielos, acostumbraba pastar sus ovejas en las alturas de Tampuchaca, juntaba raíces y huevecillos de las hormigas para alimentarse, cuidaba y recogía los sancayos para alimentar a sus hermanos. Cierto día, casi en la sima de Tampuchaca se recostó sobre una piedra plana y de pronto escuchó el correr de las aguas de un rio debajo de la piedra, levantó a duras penas la piedra y con sorpresa vio un canal de agua con paredes construidas de pura piedra, por donde corría agua cristalina en medio de los llachus y plantas acuáticas, sintió alegría por el magnífico hallazgo tomó un poco de agua, lo volvió a tapar con la misma piedra y encima lo cubrió con los ichus. Al día siguiente los habitantes de Jacantaya se dirigieron desde muy temprano hacia las alturas de tampuchaca, buscaron el lugar y no encontraron nada. Desde entonces, se habla del canal de agua perdido en las montañas que pasa por Viracochani, y que fue construida por el dios Viracocha para preservar la vida de los habitantes en Jacantaya que significa vivirás. El agua que fluye por este canal es del lago Titicaca, viene desde las pampas de Umuchi hasta las pampas de Tintilisa en Jipata, pasando por los cerros de Jisca Jaa, alturas de Tacasani, Tampuchaca, Viracochani, Sayhua Cunka, Queñalati, Pojena y Tintilisa. Este canal es la fuente de agua que sale por los manantiales de Tacasani, Canta Canta, Vilacacani, Pata Pata, Huancarani, Jaquepujo, Quiñaputo, Jalsu Cuyo, Llucho Uyo, Ollaraya, Millisani, Pojena y otros ojos de agua que rodean al valle de Jacantaya.

A mediados del siglo XX en la década de los cincuenta este canal de agua vuelve a reaparecer, cuando el niño Orlando Suca acompaña a su abuela a labrar la tierra en Tacasani, y al levantar una piedra plana ve el canal de agua limpia que corre hacia las alturas de Tanpuchaca. De esta hecho, se sabe muy poco por la prohibición de su abuela en no tocar ni hablar por temor al castigo de los viracochas y los espíritus de los incas, quienes hacen desaparecer y los llevan al otro mundo a los que intentan destaparlo o encontrar el canal de agua que corre por los cerros de Jacantaya. La existencia de este canal de agua es un misterio, es la fuente de vida para los habitantes del lugar. Los abuelos y los yatiris (sabios) aconsejan no buscar ni desenterrar el canal de agua por temor a que los espíritus de los Viracochas se los lleven a un lugar sin retorno. Lo cierto es que los manantiales son fuente de vida, y en la actualidad son fuentes de agua potable para el centro poblado y los sectores habitables de Jacantaya.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si en parte es verdad lo que dices, como puedo llegar a Jacantaya, si pudieras publicar el mapa de jacantaya...... para visitar esos lugares que mencionas.
Buena el mito o cuento.

Anónimo dijo...

Buena el cuentitooo..